Historia de la Finca Güell
En 1883, Eusebi Güell culmina la adquisición de varias fincas en lo que hoy es la Zona Universitaria de Barcelona, en el barrio de Pedralbes. Un año después, Güell encarga a Gaudí el primer proyecto realizado de lo que acabaría siendo una larga relación profesional y de amistad: el diseño del muro y de las puertas de acceso a la propiedad, además de unas caballerizas con picadero y una serie de añadidos en la casa de veraneo que unos años antes había proyectado el arquitecto Joan Martorell.
Algunos de estos elementos fueron demolidos en 1919. Hoy se conservan –junto con otras edificaciones desperdigadas de menor importancia– los pabellones de la entrada principal a la Finca Güell, con la portería, las caballerizas, el picadero y, sobre todo, la verja de hierro, una obra monumental que ha acabado convirtiéndose en el símbolo más reconocible de este espacio creado por Gaudí.
A lo largo de su vida, Gaudí realizaría otros proyectos para el empresario, como el conocido Park Güell e incluso una casa de uso privado en el centro de Barcelona, el Palacio Güell.
El simbolismo de la Finca Güell
El diseño de la fachada principal se inspira en el arte musulmán
Güell situó el acceso principal de la finca en el norte, a fin de acercarlo al camino que conducía a la carretera de Barcelona a Sarrià, la ruta que seguía el industrial desde su casa en la Rambla.
Gaudí diseñó una puerta para peatones y otra para carruajes, cerrada por la verja del dragón, de una sola hoja, apoyada en un pilar coronado por un naranjo de piedra y metal que evocaba la adaptación libre del mito del jardín de las Hespérides que el escritor Jacint Verdaguer hizo en el poema L’Atlàntida: Hércules se enfrenta al dragón para hacerse con las naranjas de oro, reto que le permite conquistar el corazón de la reina Hesperis. En castigo por no haber sabido defender el jardín, Ladón se convierte en la constelación del Dragón.
La influencia del arte árabe en la Finca Güell
El tema poético y mitológico del jardín de las Hespérides sirvió a Gaudí para unificar y dar contenido a las diversas construcciones que proyectó para la Finca Güell. Sin embargo, esa referencia a la mitología griega no condujo al arquitecto a adoptar el clasicismo como estilo predominante, pues prefirió recurrir al arte árabe, de acuerdo con la moda ecléctica imperante en la época y en sus primeros trabajos, como El Capricho o la Casa Vicens, otra de las numerosas obras de Gaudí en Barcelona.
Las artes aplicadas en la Finca Güell
El relieve escultórico incluye la inicial del apellido Güell
Desde sus primeros proyectos, Gaudí dio siempre un gran protagonismo a las artes decorativas, y la Finca Güell, pese a su singular función, no fue una excepción. En la ornamentación de los edificios y elementos del conjunto, el arquitecto combinó materiales muy diversos, algunos de ellos de uso constructivo, como la piedra, el ladrillo y el cemento, y otros más puramente decorativos, como el hierro forjado y los azulejos, aunque todos con una clara finalidad estética.
El dragón de la verja de la Finca Güell de Gaudí es la mejor muestra de esa intención artística: es un trabajo artesanal que recicla material industrial y lo ensambla mediante una gran variedad de técnicas, anticipando la eclosión del arte de vanguardia, uno de cuyos principales rasgos fue precisamente el reciclaje y la mezcla de materiales.
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Antoni Gaudí está considerado como uno de los arquitectos más creativos e influyentes de la historia. Sus edificios, inspirados en las formas de la naturaleza, tienen una identidad inconfundible, reconocida en todo el mundo.
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